Seguro que alguna vez habéis estado tentadas a hacer la típica foto de un atardecer de escándalo frente al que se recorta una silueta que intenta atrapar el sol entre las manos…
Nos guste más o menos, lo cierto es que la fotografía a contraluz es una técnica que suele monopolizar nuestra atención de manera inmediata, tanto por lo estético como por lo narrativo.
Aunque hay muchas formas de conseguirlo, siempre será imprescindible que la luz (natural o artificial) venga de manera frontal a nuestra cámara.
Podemos incluir la fuente lumínica en el plano, o dejarla fuera. Podemos colocar a nuestro sujeto justo entre la luz y nosotras, de manera más lateral, iluminarlo también por delante, dejarlo a oscuras… Pasar del cursilismo al drama más rotundo será cuestión de las decisiones que tomemos.
En ocasiones el contexto que rodee a nuestra figura en contraluz será el que nos proporcione la información necesaria para leer la escena; otras veces, realzar una silueta llenará la imagen de textura, nos revelará detalles íntimos.
Sea como sea, es un tipo de fotografía que nos plantea preguntas, que nos sugiere situaciones y nos invita a pensar.
No hay un sólo tipo de contraluz: podemos evocar una romantiquísima estampa digna de Turner o una escena dramática más caravaggista.
Todo dependerá del ángulo en el que nos situemos con respecto a la fuente lumínica, de si hay o no otros puntos de luz y de la intención con la que vayamos a fotografiar.
Lo que sí es importante tener en cuenta es que necesitamos que nuestra luz principal (la que viene frontal a la cámara) tenga una intensidad mayor al resto de luces de la escena.
Normalmente, buscaremos introducir otros elementos delante o alrededor de la luz principal para crear siluetas, movimientos, contexto… de otra forma, a no ser que la luz frontal sea muy tenue, lo que obtendremos es una foto con escasa información y una mancha enorme de deslumbramiento.
Posiblemente, este sea el que primero nos viene a la cabeza cuando hablamos de contraluz.
Se obtiene colocando al sujeto que vamos a fotografiar justo entre medias de la fuente lumínica y el objetivo, y es el método con el que conseguiremos las famosas siluetas.
Cuanto mayor sea el contraste entre la intensidad de ambas luces, más definida estará la silueta.
Eso sí, no os olvidéis que lo que habrá que exponer correctamente es el fondo, por lo que tendremos que seleccionar una medición puntual… Para entender esto bien podéis hacer una sencilla prueba con el móvil:
Pedidle a un amigo que pose para vosotras y colocaos de tal forma que el sol quede por detrás de la cabeza de vuestro modelo, que lo tape.
Cuando encuadréis, el teléfono, que es inteligente y quiere que salgamos bien en las fotos, tratará de exponer la luz que hay en el rostro de vuestro amigo quemando, por tanto, el fondo.
Es decir, veréis al personaje pero habréis perdido todos los detalles de la escena.
Para crear la silueta en contraluz, y que vuestro personaje aparezca subexpuesto, tocad en la pantalla de la cámara sobre algún elemento que esté en el fondo de la composición. De esta manera, le estaréis diciendo al software que esa es la luz que os interesa exponer correctamente.
(Si lo que quisierais es capturar la información de fondo pero sin perder los detalles del sujeto, habría que utilizar flash o agregar otra fuente lumínica cualquiera que iluminase a nuestra modelo y ya no podríamos considerarlo un contraluz total).
Las fotografías con siluetas pueden ser poéticas, misteriosas, divertidas… tendremos que prestar mucha atención a la composición, al ángulo desde el que fotografiamos, a la postura de nuestro modelo y a todos aquellos detalles de la escena que puedan ayudarnos a definir más el contorno de la silueta.
En este caso, seguimos teniendo una fuente lumínica que incide desde atrás de nuestro modelo pero hemos incluido en la escena otros puntos de luz.
Para asegurarnos de que la cara de nuestro personaje está más o menos iluminada y no estamos quemando el fondo, recordad que hay que hacer una medición puntual sobre algún elemento de atrás y añadir, dirigida hacia el rostro, la luz necesaria para compensar la subexposición que había con la silueta.
Es una opción muy interesante para retratos ya que proporciona una estética agradable: el retratado no está totalmente retroiluminado sino que el contra genera un perfil de luz que le da un toque como mágico.
Truco
Iluminar el contra de, por ejemplo un atardecer, recreando una atmósfera engamada, es una tarea compleja ya que supone un gran dominio de la luz artificial: tenemos que saber cómo medirla de forma precisa, cómo modelarla, qué filtros usar… Y por supuesto, implica disponer de un equipo.
Una herramienta más accesible y económica es un reflector: si lo colocamos delante de nuestro personaje, recogerá la luz que viene del fondo y la rebotara de una forma muy natural sobre el rostro.
Estos reflectores suelen ser redondos, tienen diferentes diámetros y a menudo se presentan con un formato 5.1: un disco translúcido que nos servirá para matizar el exceso de luz y 4 telas diferentes con las que podremos forrarlo dependiendo de la necesidad concreta que tengamos: blanco, negro, dorado y plateado.
Por último, el contraluz como realce nos servirá para recortar y despegar la figura del fondo.
Podemos mantener la luz de contra en un plano frontal o colocarla en un ángulo más lateral de nuestro encuadre, pero siempre contaremos con otros puntos de luz, naturales o artificiales, que iluminen en el motivo principal.
Es un recurso que proporciona volumen a la imagen y se utiliza mucho en cine o en entrevistas.
Como acabamos de ver, se puede generar un contraluz en cualquier situación en la que estemos de frente a la fuente lumínica… o dicho de otra forma, en lugar de recibir luz desde atrás, de manera cenital o desde un contrapicado, el principal punto de luz se sitúa en un plano frontal a nuestro objetivo.
Como ya vimos en el artículo sobre cómo fotografiar con flash, existen dos tipos de fuentes lumínicas: la natural y la artificial, y cualquiera de las dos nos servirá para llevar a cabo esta técnica.
Situaciones perfectas para el contraluz:
Los crepúsculos son una ocasión perfecta para conseguir contraluces impresionantes. Tanto la hora azul como, en especial, la dorada, tiñen el ambiente ofreciéndonos unas fotos de postal.
Aprovechad que el sol está bajito, que la luz es suave y tenue y dadle rienda suelta a vuestra imaginación.
Como os dije en otra ocasión… las ciudades pueden ser hostiles pero también lugares de inspiración infinita.
Si vivís en una de esas metrópolis en las que no se ve ni media estrella, aprovechad que la calle se puede convertir en el mejor de los estudios fotográficos.
Pasead de noche y buscad esos contraluces que se generan con las marquesinas, los neones de las tiendas, los semáforos o los faros de los coches.
Hacer fotos en conciertos o espectáculos es una auténtica gozada: las luces están puestas y las artistas siempre te darán su mejor pase.
Llevad la cámara a vuestro próximo concierto y disfrutad cazando contraluces entre los focos, el ampli y el humo.
El plató de foto nos proporciona un control total de las condiciones lumínicas. Podemos ajustar, montar o desmontar el ambiente que nos parezca si contamos con el material necesario.
¡Probad, probad y probad! Antes de un encargo profesional tendréis que familiarizaros con el equipo y saber medir correctamente la potencia de los flashes o focos.
Bucead en la web y en making off’s de sesiones editoriales. Veréis que casi siempre, hasta en los esquemas más sencillos, hay una luz de contra o, al menos, de realce.
¡No os olvidéis nunca de este punto!
Con las fotos de siluetas a contraluz especialmente, la composición es fundamental ya que estamos ocultando una parte inmensa de la imagen.
Al subexponer, le negamos detalles al espectador acerca del personaje o la figura principal… por eso es importantísimo que intentemos narrar una historia con el resto de elementos disponibles en la escena.
Apoyate en las líneas maestras, en el centro de interés, en los tercios de la imagen, en el punto de vista… Aquí te dejamos este artículo sobre reglas de composición donde podrás repasar estas, y otras, reglas de composición.
Huíd de las mediciones matriciales o al centro. Para conseguir un buen contraluz, tendremos que seleccionar una medición puntual y exponer correctamente la luz del fondo, es decir, la del contra.
Este consejo os lo damos en esta guía pero también nos sirve para cualquiera de las que os hemos traído hasta ahora.
Fotografiar en RAW significa tener después un negativo digital que podremos ajustar y retocar en cualquier programa de procesamiento de imágenes sin que se produzca una pérdida de información (a diferencia de lo que sucedería si manipulamos directamente un archivo .jpg).
Tendremos imágenes bastante más pesadas pero esto se soluciona adquiriendo tarjetas de memoria de mayor capacidad.
De verdad, merece la pena invertir en este aspecto… No sabéis cuántas veces un RAW os salvará la sub o sobreexposición de alguna súper foto.
Apóyate en herramientas de retoque como el Lightroom o el photoshop para contrastar más tus contraluces y darles ese toque final que se merecen.
Este es un recurso estético cada vez se utiliza más en retratos editoriales y no es otra cosa que el destello que produce la fuente lumínica al atravesar la lente desde un ángulo concreto.
Esto que, en otras ocasiones, se había considerado un error… nos permitirá conseguir looks más cinematográficos.
Intentad buscar un flare al atardecer o al amanecer; tendréis una luz mucho más suave y esto formará un destello más tenue y agradable en sintonía con la luz mágica de esta hora.
Truco
Si vuestra fuente lumínica es el sol y la queréis incluir en el plano, cerrad a tope el diafragma y veréis cómo adquiere forma de estrella.
Esto se llama efecto starbust y sucede porque el diafragma de nuestros objetivos suele ser un polígono formado por determinado número de palas que se abren o cierran en función del valor f/ que coloquemos. Si fuese un círculo perfecto, no sucedería.
